Por: Sebastián Ossa
El fin de semana del 31 de enero al 2 de febrero tuve la oportunidad junto con mis otros compañeros de Frecuencia Gamer de visitar el Global Game Jam UPB 2020 durante toda la duración del evento. En el polideportivo Monseñor Eugenio Restrepo Uribe se reunieron más de 300 personas con el deseo y la voluntad de desarrollar un videojuego desde 0 en un tiempo límite de 48 horas, junto con otros miles alrededor del mundo. Como siempre en un evento hubo cosas que marcharon de acuerdo al plan y otras que no salieron como se esperaba así que me gustaría repasar un poco lo sucedido en este Game Jam.
Tengo que sincerarme y admitir que este es el primer Game Jam al que he asistido y en consecuencia no dispongo de ninguna referencia con la cual comparar esta edición. Sin embargo, debo alabar la organización que llevó a cabo Joseph Olin, nada más y nada menos que el presidente del Global Game Jam, fue excelente. La infraestructura y distribución del cableado estaba perfectamente colocada para que todos los equipos recibieran energía e internet por cable si lo requerían. El espacio no podría ser más idóneo, pues el coliseo fue lo suficientemente espacioso como para que todos los equipos trabajaran cómodamente en el reto.

Cada uno de los participantes recibió una camiseta del evento y mantas para protegerse del frio durante la noche, aunque no fue necesario debido a la ola de calor que ha tenido Medellín al inicio de este año. La alimentación también es un aspecto que me gustaría resaltar pues se contrató a la cafetería de la Universidad para proveerla, además fue una comodidad que otros sitios del Game Jam no brindaban. Incluso Joseph ofreció a los participantes un regalo de su propio bolsillo para motivarlos y el primer día del evento ordenó pizza suficiente para todos los participantes y también para Frecuencia Gamer (¡Gracias Joseph!).
La atención a cada uno de los asistentes fue impecable. Diana, esposa de Joseph y matriarca del GGJ UPB, estuvo siempre a disposición de cualquiera que tuviera una necesidad durante el evento. Previamente y durante el reto se le dio a los participantes consejos para cuidar su salud, dormir al menos 6 horas por noche, mantenerse hidratados, tomar descansos de 15 minutos después de varias horas trabajando y otros más para asegurarse de que no ocurriera una tragedia innecesaria.

No todo fue perfecto puesto que, al hablar con los diferentes desarrolladores, algunos me hicieron saber sus inconformidades con la red wi-fi de la que disponían. Al parecer no se trataba de un mal funcionamiento de internet, puesto que los que contaban con conexión por cable no tuvieron ningún percance, sino que la red inalámbrica se saturó rápidamente por la alta cantidad de dispositivos que estaban conectados, nos solo los ordenadores estaban conectados, también teléfonos celulares y tablets. Además, parece que hubo un pequeño error de cálculos en la cantidad de mesas que se iba a requerir y a algunos de los equipos les tocó apiñarse un poco para que todos tuvieran un espacio de trabajo. Pero estos son errores que son fáciles de solucionar para futuras ediciones del evento.
La presentación del evento pude notar que, específicamente para el público de Medellín, se hizo un poco larga y mi opinión es que tal vez el modo en el que dieron la información no es la adecuada cuando hay tanta expectación. Se trataba de un video en el cual se introducía el Global Game Jam y a sus organizadores, luego se daban consejos para trabajar de manera óptima y luego se presentaba el tema para el reto. Con una presentación más dinámica, como una animación o un pequeño sketch, se habría logrado más fluidez en esta presentación. El tema, “reparar”, siento que es pertinente para la actualidad internacional y la forma en la que fue desarrollado por los equipos evidencia la creatividad y diversidad que poseen los videojuegos, pero hablaremos más de esto en otro artículo.
Solo me queda decir que disfruté muchísimo este evento y agradezco mucho la oportunidad de haber sido invitado. El tener espacios como este en el que se pone a prueba la capacidad de creación y organización de nuestros desarrolladores, ya sean novatos o experimentados, es algo que potencia nuestros talentos y finalmente nos hace crecer como industria. La calidad que lograron todos los equipos, al menos por lo que yo pude evidenciar, es increíble por el poco tiempo del que dispusieron y nos muestra el talento que tenemos en nuestra ciudad. Por cierto ¿Mencioné que tenían café gratis?

